Cerca del límite de las cosas, puedo diferenciar a veces, y a ratos, lo que pasa con el mundo entero. Me vuelvo omnipresente y creo circunstancias alternas que difieren de la realidad, pero que se incrustan en ella, formando vórtices de surrealismos.
Ayer era alguien, hoy soy otra, mañana tal vez no sea nadie. Pero puedo verlo. Lo veo distorsionado y evalúo qué realidad me tocará el miércoles, y luego el próximo miércoles, y el siguiente, que será cada vez más raro, desconocido, incomprensible para mi cabeza que da vueltas pensando cómo alterar la realidad de nuevo. Y es que me dijeron que yo siempre iba a conseguir lo que quería, pero ¿qué quiero?, ¿quiero esto?, ¿por cuanto?. Ahora lo quiero hasta el infinito, mañana no lo sé, y tu tampoco.
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