No quiero enfrentar la realidad, me da paja. Debe ser porque soy débil, porque si fuese fuerte, podría soportar la angustia de la presión que se impone al tener que hacer las cosas. En cambio me quedo tirada, incluso evito pensar, evito contactarme con la realidad, y pienso que se debe a que ya no quiero volver a ser como era antes. Ya no quiero volver a escribir algo y sentirme rara, sentir que soy extraña, que pienso demasiado las cosas.
Porque en el fondo, ¿soy extraña? ¿soy rara? si.
¿Soy una imbécil o sigo siendo inteligente después de todo esto? y, más aún, ¿por qué me esmero tanto en dejar de serlo? Y por qué me sigo preguntando weas si en el fondo ya sé la respuesta.
Si, ya sé la respuesta, ¿o no la se? Todo se va de mi cabeza muy rápido. Hay que evitar esos pensamientos, hay que cubrir lo desagradable, hay que evitarlo...
Además, y en pos de que esto realmente sea un pensamiento diario, me pregunto por qué tengo que involucrar siempre lo que siento a cada evento de mi vida, cómo es posible que me cueste tanto separar una cosa de la otra, ¿cuál es la receta para hacerlo? si la tuviera, juro que la aplico inmediatamente, porque no me gusta. No me gusta saber qué siente el otro, saber si lo hice sentir mal, saber si está incómodo, o cómodo, no me interesa, entonces, por qué? touste? (hasta me puse china)
Fin de la mierda, mejor me pongo a hacer planos y me dejo de webear.
Querido blog, estudio arquitectura, que se sepa. (Y juego basket, que es lo más importante)
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