Atención.

Y en realidad a mi, ¿qué me importan sus poesías?
No me interesa visualizar las inspiraciones cotidianas envueltas en papel de diario aristocrático, que dejan entrever esa desesperación del hombre por ser el centro de atención; esa sensación media seca y oculta que se produce cuando se trata de pasar desapercibido con un propósito discreto que es en realidad todo lo contrario.
Esa paradoja inocua de indiferencia con el ser mismo, pero de interés con lo que el ser crea.
A mi no me interesan los bohemios, los tatuados, los que creen que el sufrimiento es la belleza del alma, los que se dejan llevar por el viento por miedo a permanecer de pie, los que dicen mucho sobre los inquebrantables, pero que sin embargo son ellos los que caen primero. Ellos, los que escriben esas poesías vacías que no me interesan; esos que son contemporáneos y novedosos, ingeniosos, pero tan banales en esencia como cualquier otra mente suplicante perdida en el universo de las palabras sinsentido.
Esos que juzgan el cliché y el valor,; los que no sonríen porque no encuentran motivos, y que de apoco se van convirtiendo en manufacturas del nuevo mundo indo-globalizado barnizado de ese blancoynegro que tanto odio.
Me descuelgo el bolso, me siento frente a la tele a tomar un vaso de coca-cola, miro la ropa que está revuelta por el suelo de mi pieza y pienso...
"¿y a mi qué mierda me importan sus poesías?"