
La acidez de mi garganta no era nada, el dolor y la esperanza, no eran absolutamente nada.
El dolor de mil hombres exhaustos caía sobre mis hombros, junto con la añoranza de poder tener, contemplar, y vivir algo mejor...eran solo esperanzas, que en realidad no eran nada.
Te vi volar, caer, reír...partir. Y aún estando aquí, mi vista se nubla con el recuerdo de un pasado mejor...de un pasado más feliz.
Después del cielo, no existe nada mejor...No existe nada.
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