medio interludio

como que le sonrío por todo, y ya casi no me importa mucho; a veces le mando una campanada de informes cítricos dependiendo de cómo se encuentra el día; después me acuerdo de algunas cosas y salgo corriendo por el pasillo esperando que los recuerdos queden en la otra habitación o que se vuelen con el viento; cada vez que veo a algún loco por la calle trato de parecer relajada y se me cae todo lo que llevo en la mano; escucho música de fondo como intentando estar en una película, y le cambio la canción al aparatito cada vez que pasa algo nuevo; a veces quiero tener plata pero no sé para qué; evito usar palabras cursis; me caigo tres veces al día; le tiro la talla a todo el que me habla; y la próxima vez que vea a alguien así (como ese del otro día) te juro que le hablo o le tiro una piedra en el ojo.