
H. se hartó de reflexionar sobre la vida y decidió simplemente vivir.
En varios ámbitos se comparó con metáforas y sintió que nunca debió estar ahí. H. sentía que su cabeza giraba demasiado, tanto como para creer que el último tren a 'casa' lo dejaría tirado y tendría que soportar la misma rutina interminable de todos los días.
A veces se levantaba por las mañanas decidiendo que sus días se compondrían de calma y madurez, y de felicidad y compañía, pero a veces las cosas eran distintas a como H. se las proponía.
Otras, simplemente no decidía, y era feliz.
En realidad, H. estaba aburrido de la vida, nada era lo suficientemente interesante, ya nada lo hacía volar sobre los trenes como antes.
Reflexionaba por las tardes un par de horas, haciendo desaparecer incontables cigarros, tazas de té, hojas de cuadernos, expectativas, y al final H. siempre decía: Es difícil de explicar.
hola! hace rato que no subias algo
ResponderEliminarsabes?
creo que me siento com H. sin saber
sin poder explicar nada!... absolutamente NADA!
besos y no avandones el arte de las palabras :)
me gusta.
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