
Trataba de evadir la tensión del momento, pero cada vez era más evidente el hecho de que nos evitábamos.
Respiré hondo y sentí el frío cuando el silencio entre los dos, se transformó en placer por no tener que inventar algo ridículo como tema de conversación.
-...Me voy.
-...A dónde?
-No sé...lejos.
-Y yo?
-Te irás a tu casa...doblas en Hanover y subes.
-...sé como llegar.
-Muy bien.
-Cómo sabré a dónde fuiste?
-Te llamaré cuando lo sepa. Cuidate.
-Chao.
Él desapareció en la calle siguiente, y jamás volví a verlo.
Aún seguía Lloviendo.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
#