Cold, cold night

Caminaba mientras la frustrante noche caía sobre mis hombros, lo que me hacía sentir un peso insoportable dentro de mí, algo imperceptible que no me dejaba ver. 

Las nubes tenían formas extrañas, y se apagaban mientras la luna incompleta dejaba ver su pálido rostro frente a mi. 

Los ojos invisibles de muchos se posaban sobre mi rostro, podía sentirlo, podía sentir el murmullo insano de tantos a quienes no conocía. 

Hablaba solo para pedir direcciones, y aún así las palabras dejaron de tomar un sentido lógico.

Los latidos de mi corazón aumentaban más y más conforme las luces de las calles se apagaban y definitivamente olvidé donde me encontraba, hasta que por fin, en una esquina de quizás donde, pude encontrarlo, a lo lejos divisé su rostro, y las lágrimas comenzaron a incrementarse en mis ojos, lo cual hacía que no pudiese verle. Arrastré mis ultimas energías a la maldita esquina, y nuestras miradas se encontraron por una fracción de segundo. Mis pies intentaban permanecer en ese lugar, pero finalmente decidieron seguir, dejando atrás todo lo que siempre quise.